Gabriel A. Rancel
Algunos dicen que es un gato y, si hay que confesar, ésta es su tercera vida.
Aunque su corazón palpita con el ritmo de un volcán, sus alas están en las Tierras del Norte, donde siempre sintió que se escondían parte de sus raíces. Desde que supo que podía volar, soñó con caminar sobre otras montañas y conocer las frías corrientes del Cantábrico. Cuando entendió que quería emprender el vuelo, llegó a la otra punta del mundo y ahora vive en una tierra celta, entre duendes, dragones y hadas, mirando al océano y soñando con el futuro.
​
Es domador de fieras y habla con los animales. De niño, conquistó castillos y barcos pirata. Fue jinete y vivió cabalgando sobre su yegua durante años, perdiéndose en el bosque, descubriendo los rincones más hermosos de la naturaleza junto a la que creció.
Dice que quiere convertirse en un ermitaño, pero lo que desea es que el mundo se libre de las criaturas que hacen daño a los demás.
Adora las representaciones y en otra vida fue actor. Nunca ha dejado de serlo. Al entrar en un teatro y pisar sobre su escenario, aún se le acelera el pulso y siente que su piel intenta decirle algo.
​
La literatura le salvó la vida. No es una forma de hablar. Le salvó la vida, literalmente. Le hizo encontrar otras pieles dentro de las que vivir, conocer otros universos, crealos, pensarlos, narrarlos. Entre los cuentos sintió que había lugares en los que estar a salvo. En el mundo real era el Bastian de Michael Ende, solo y escondido de todos para leer... pero también Atreyu, a diario, en su fantasía.
Cuando por fin gritó a los cuatro vientos que quería dedicarse a escribir, muchos no le creyeron, pero su pecho no ha dejado de hincharse de felicidad desde entonces. Hay pocos momentos en el día en los que no piense en las realidades llenas de diversidad que se inventa y lo cierto es que nunca dejará de escribirlas.
​
Si tiene que elegir algo con lo que divertirse para siempre, no sabrá si escoger entre los videojuegos, las caminatas por la naturaleza o los maratones de cine disfrutando de las mayores sagas de fantasía.
Cuando era adolescente, ganó dos concursos de escritura y, años más tarde, escribió varias obras de teatro, algunas de las cuales acabó dirigiendo y representando en distintos lugares de Tenerife. Es co-autor de Trÿa, un mundo creado con Sara Bernardo, y del que juntos han autopublicado su primera novela. También es autor de relatos. Si quieres leer alguna de sus obras, pincha sobre las imágenes de la derecha para dirigirte a las plataformas donde están disponibles.
​​