top of page

Blog y noticias

Blog y noticias

Por Sara Bernardo.


Lo más importante que he aprendido de Toni Morrison y de Isabel Allende es que si algo que no debe ser olvidado aún no ha sido escrito: escríbelo. Y como lo mismo que puede aplicarse a los libros es válido para los artículos, me he puesto manos a la obra ya que, por más que buceo por la red, las redacciones dedicadas íntegramente a reunir datos de escritoras relevantes... escasean.


No sólo voy a hablar de sus libros ni quiero limitarme a hacer una recopilación de biografías. Lo que pretendo es generar un rincón para compartir algo de sus vidas, conocer mejor a algunas de mis novelistas favoritas y darles un hueco como mujeres, más allá de lo que las hizo pasar a la Historia. Por ello, aquí va algo de información (y material audiovisual) de la vida de unas cuantas escritoras que admiro, me influyen y ocupan un lugar especial en mis estanterías, mi memoria y mi forma de entender la Literatura.



1- Agatha Christie (Torquay, 1890 - 1976).

Agatha Mary Clarissa Miller, la reina del crimen, es la novelista que más libros ha vendido en toda la Historia. Ha sido más leída y traducida que el aclamado Shakespeare. Estudió en casa hasta la adolescencia y creció rodeada de mujeres fuertes e independientes. Fue criada en un hogar de creencias esotéricas y, al igual que sus hermanos, creía que su madre Clara era una psíquica con percepciones extrasensoriales. 6 editoriales la rechazaron antes de ser publicada. Cuando por fin lo consiguió, sus editores la obligaron a cambiar el final de su novela y a firmar un contrato que ella misma calificó como abusivo. También se atrevió a escribir novela romántica y relatos aunque, en esos casos, bajo el pseudónimo Mary Westmacott.

A finales de 1926, después de una fuerte crisis con su primer marido, Agatha desapareció durante 11 días, conmocionando a los medios. El mismísimo Sir Arthur Conan Doyle le llevó uno de los guantes de Christie a un médium para que lograra percibirla y, tras reaparecer, la novelista nunca dio explicaciones de lo ocurrido. Actualmente, aún se publican artículos con teorías.

Cabe destacar que fue la primera en describir mujeres detective en la Literatura y resolvió casos en la vida real sin la necesidad de moverse de su casa, a través de la novela "El caballo pálido".

Gracias a su profesión de enfermera durante la I Guerra Mundial, pudo aprender mucho sobre toxicología, lo que le permitió enriquecer sus novelas. El asesino de "El caballo pálido" usa sulfato de talio como veneno, el caso se resuelve y el asesino es atrapado. Y lo mismo ocurriría en tres ocasiones en la vida real, gracias a la escritora.

Corría el año 1975, cuando una lectora latinoamericana detectó los mismos síntomas descritos en la novela en una amiga, alertó a las autoridades y la salvó de que muriera a manos de su marido.

Al otro lado del océano, una enfermera inglesa cuidaba de una niña enferma de Qatar que empeoraba inexplicablemente. Durante las largas jornadas de trabajo, la enfermera leyó el mismo libro de la escritora y ató cabos al ver que la niña perdía el pelo como ocurría en la novela. El Talio era un pesticida común en el Medio Este asiático, así que gracias a Agatha Christie, salvó a la niña.

Finalmente, en 1971, una enfermedad misteriosa asoló la ciudad de Bovingdon. Cuando un doctor terminó "El caballo pálido" se dio cuenta de que no existía tal enfermedad, sino un asesino en serie suelto. Graham Frederick Young fue atrapado como responsable, poco después de que el médico cerrara las páginas del libro. (Obra de la autora).



2- Jane Austen (Hampshire, 1775 - 1817).

Su primera novela fue publicada en 1811, cuando tenía 35 años. Sin embargo, había comenzado a escribir borradores de novelas, poesías y obras de teatro a los 11, influenciada por una de sus primas, Eliza de Feullide, quien elaboraba obras que luego toda la familia se encargaba de poner en escena.

Le encantaba disfrutar de una buena obra de teatro y le gustaba hacer reseñas de las piezas teatrales que veía. Disfrutaba de sus viajes a Londres, donde compraba té chino y asistía a todo tipo de exhibiciones.

Vivió durante las Guerras Napoleónicas y sus hermanos eran militares. Quizá por ello se convirtió en una de las primeras novelistas en incluir esta temática en sus relatos. Cuando se publicó su primera novela "Sentido y sensibilidad" lo hizo sin que apareciera su nombre. En su lugar se había escrito la frase: “by a lady”. A partir de 1809 vivió en el pueblo de Chawton y ahora su casa es un museo.

Sus historias apostaban por una auténtica revolución en su tiempo. Intentaba romper con las normas sociales establecidas y no sólo abogaban por bodas por amor y no por intereses económicos, sino también por unas mujeres capaces de decidir por sí mismas. (Obra de la autora).



3- Louisa May Alcott (Pensilvania, 1832 - 1888).

Su padre, el pedagogo y escritor Amos B. Alcott, educó a sus hijas en casa y, siendo Louisa muy pequeña, la familia se mudó a Boston, donde su progenitor puso en marcha la Escuela Temple, la cual perdió poco después, por haber incluido entre sus alumnos a un niño de etnia afroamericana.

Por aquella época, entre los vecinos de la familia se encontraban figuras tales como H. D. Thoreau o Margaret Fuller.

Gracias a la influencia de sus padres, Louisa fue una mujer muy comprometida con el voto femenino y el movimiento abolicionista, y durante la Guerra de Secesión, ejerció como enfermera en un hospital. Años más tarde, este episodio de su vida le generó la muerte, a consecuencia de los daños por el envenenamiento de mercurio que padeció mientras realizaba el servicio, ya que tuvo que ser tratada con calamina, fármaco rico en mercurio y usado para tratar la fiebre tifoidea que había contraído.

Escribía bajo pseudónimo historias que introducían temas tabúes para la época. En su bibliografía, aunque no es muy conocido, se incluye un cuento autobiográfico llamado Work y se considera que para darle forma a su novela más emblemática, "Mujercitas", se inspiró en su familia. Cada una de sus hermanas se ve representada en una de las protagonistas de la historia. Ella misma se refleja en Jo, la joven que quiere ser escritora y que destaca por su carácter rebelde e inconformista, nada de acuerdo con los roles femeninos marcados en la época. (Obra de la autora).



4- Carmen Martín Gaite (Salamanca, 1925 - 2000).

Referente de la Generación del 55, homenajeada y premiada, Carmen no fue al colegio durante su niñez pues su padre, un notario de ideas liberales, no quería que le inculcaran convicciones religiosas.

Fue él y sus profesores particulares los que se encargaron de su educación y su aproximación a la Literatura. Comenzó a escribir a los 8 años de edad, pero además de dedicarse a crear historias, también ejerció como profesora en una escuela femenina, como empleada en la notaría de su padre en Madrid, como guionista para la televisión y como traductora. Tradujo, por ejemplo, "Jane Eyre","Madame Bovary" y "Cumbres Borrascosas".

Su madre era gallega y, de niña, Carmen pasó muchos veranos en Galicia, lo que posibilitó el fuerte vínculo de la escritora con esta tierra, tan presente en muchas de sus historias. Tuvo el privilegio de ser la primera mujer que recibía el Premio Nacional de Literatura, por su novela El cuarto de atrás (1978) y pasó algunas temporadas en EEUU, dando conferencias, clases y talleres de literatura y Teoría Literaria en distintas universidades de Nueva York y otros lugares de Norteamérica.

Si algo hay que resaltar de su trabajo es su crítica de la sociedad que le tocó vivir. No solamente en sus obras, Carmen fue siempre un ejemplo de lucha contra los parámetros establecidos por el franquismo. Todos los derechos ganados por las mujeres hasta la llegada de la Guerra Civil desaparecieron cuando ésta terminó, pero ella luchó por la ruptura de los cánones impuestos buscando su independencia y retratando la tiranía, el sometimiento y la vejación de la mujeres a través de sus libros.

Una de las curiosidades más significativas de esta autora es que se habituó a escribir el final de sus obras en una habitación de un importante hotel de Madrid. Se cuenta que alquilaba ese espacio cuando tenía claro que el trabajo en el que estaba embarcada estaba llegando a su fin. (Obra de la autora).



5- Margaret Mitchell (Atlanta, 1900 - 1949).

Esta periodista alcanzó fama mundial con su única novela "Lo que el viento se llevó" (1936), la cual se convirtió en uno de los primeros best sellers del S. XX al vender más de ocho millones de ejemplares, ganando por ella el Premio Pulitzer de Literatura en mayo de 1937.

La madre de Margaret defendía el voto femenino y su padre era un notable abogado, presidente de la Sociedad de Historia de Atlanta. Toda la familia se interesaba por los acontecimientos históricos, lo que promovió que la joven se apasionara por los relatos de la Guerra de Secesión. Ya de niña inventaba cuentos que dictaba a su progenitora cuando aún no había aprendido el abecedario. Confeccionaba sus propios libros con tapas de cartón y los ilustraba ella misma.

Comenzó la carrera de Medicina y empezó a colaborar con publicaciones de prensa, pero tras la muerte de su madre, se vio obligada a volver al hogar junto a su padre y su hermano, para hacer las labores domésticas. Mientras trabajaba de ama de casa, siguió dedicándose al periodismo, colaborando en el Atlanta Journal y el Sunday Magazine. Firmaba como Peggy Mitchell y tuvo cierto éxito. Fue una mujer inquieta, con una vida difícil, preocupada por los problemas sociales y muy adelantada a su tiempo, algo que sin duda le harían pagar sus primeros maridos, pero que sería la clave para poder poner fin a esos primeros matrimonios.

En 1926, tuvo un accidente que la obligó a mantener reposo a causa de una pierna rota, algo que aprovechó para escribir. Acumulaba folios y más folios de forma desordenada y en secreto, hasta el punto de que escondía sus papeles debajo de los muebles cuando recibía a algún visitante. Dicen que el primer capítulo de su libro al que dio forma fue el que cierra la novela y que un comentario de un amigo de su segundo marido, subestimándola como escritora, fue una de las cosas que la impulsó a seguir adelante. Cuando todavía no había terminado, Harold Latham, el buscatalentos de la editorial Macmillan de Nueva York, tuvo que embutir el manuscrito de Mitchell en una maleta. Anonadado y encantado con la novela, puso plazo a su autora para que la concluyera. Poco después, Latham publicó las 1.037 páginas del best seller, que salió a la venta por tres dólares.

A pesar de que su novela fue sido tachada de racista, debido a la época que relata y a que Scarlett O'Hara, hija de una familia aristocrática, se resiste a la abolición de la esclavitud, Mitchell concedió becas a jóvenes negros estudiantes de Medicina. También fue voluntaria de la Cruz Roja Americana durante la Segunda Guerra Mundial. Nunca escribió otra novela más, sobrecargada de trabajo, decía, por la cantidad de eventos y correspondencia de sus lectores. El 16 de agosto de 1949 falleció, días después de que fuera atropellada por un coche cuando iba al teatro con su marido, John March, a ver "Un cuento de Canterbury". Su muerte causó gran conmoción en todo Estados Unidos.



6- Margaret Atwood (Ottawa, 1939).

De madre nutricionista con fuertes intereses ecologistas, Atwood se crió en los fríos bosques de Canadá, donde su padre trabajaba como entomólogo, viviendo toda la familia en cabañas sin electricidad, donde la joven Margaret dejaba correr su imaginación. Más allá de ser escritora y la autora del, entre otros, aclamado libro "El Cuento de la Criada" (1985), es una conocida activista por los derechos humanos y causas ecológicas. En 2014, subastó el derecho a elegir nombres para sus futuros personajes por una noble causa: ayudar a personas supervivientes de torturas.

En 2114 se espera que publique un nuevo cuento, algo que parece irreal dado que, para entonces, tendría 175 años. Se trata de una colaboración con The Future Library Project, un precioso proyecto artístico y literario en el que distintos novelistas destacados escribirán cuentos que serán publicados 100 años tras el inicio de dicho proyecto. Una lástima para quienes somos coetáneos de la autora. Os animo a entrar en la web de este proyecto maravilloso para entenderlo todo.

Suele sorprender por sus prendas, entre las que se incluye un sombrero fabricado con hojas de periódico. Ha sido traducida a más de 40 idiomas y entre sus técnicas para crear distopía o ficción especulativa, cuenta que se limita a describir técnicas de tortura y hechos que ya han ocurrido en la Historia. Simplemente, dice, reescribe lo que ha descubierto en cientos de archivos de hemeroteca.

Empezó redactando poesía y, a día de hoy, algunos la consideran una profeta. Define la labor del escritor como "el arte de la falsedad plausible", porque cualquier cosa puede pasar, dadas las circunstancias adecuadas. Para una reedición de "El Cuento de la Criada" redactó: "el control de las mujeres y sus descendientes ha sido la piedra de toque de todo régimen represivo de este planeta". (Obra de la autora).



7- Gloria Fuertes (Madrid, 1917 - 1998).

«A los 9 me pilló un carro y a los 14 me pilló la guerra» escribía Gloria como autobiografía. Relegada a los cuentos infantiles y poemas de rima falsamente facilona, Gloria Fuertes fue, por encima de todo, una escritora de una profundidad inmensa, solitaria y poco reconocida. Se trataba de una mujer moderna en una época en la que las mujeres no tenían fácil el espacio en la vida pública española. Fue una niña pobre que pasaba hambre por las calles de Lavapiés y una disidente atrapada en las imágenes televisivas de programas infantiles. Ya sabía leer a los tres años de edad, escribía por las noches, le gustaba ir al campo y tuvo que aprender a regatear en el mercado desde muy pequeña. Estudió Biblioteconomía e inglés y, si queremos saber datos de su vida, no tenemos más que leer sus textos:

«Cuando mi madre me veía con un libro, me pegaba. Nadie de mi familia me dijo nunca "escribe, hija, escribe, que lo haces bien...". Nadie. No tengo nada que agradecer a mi familia. Pero cuando se quiere una cosa, aunque tu familia no te ayude, se consigue. Si vales de verdad y quieres algo con todas tus ganas, sales adelante seguro».

Además de dedicarse a la literatura infantil, a las obras teatrales y a los poemas, colaboró con revistas para adultos y en 1951 fundó el grupo femenino «Versos con faldas», en el que durante dos años realizó frecuentes lecturas y recitales por cafés y bares de Madrid.

Se retrató en sus versos como enamoradiza, fumadora empedernida, solitaria, soltera, lesbiana, pacifista y feminista. Es fácil recordarla por su ironía y su sonrisa tierna. Defendía los derechos de las mujeres, desde el derecho a leer, a escribir, a trabajar o a ser poeta. También cuestionó los modelos tradicionales femeninos durante el franquismo. En 1978, publicó su "Tres reinas magas: Melchora, Gaspara y Baltasara", considerado un clásico de la literatura infantil. (Obra de la autora).



8- Ursula K. Le Guin (California, 1929 - 2018).

Amante de la naturaleza, Le Guin fue muy querida por todos sus lectores y otros escritores por su buen humor, su dedicación, sus cartas de respuesta a los fans animándonos a escribir y su activismo por la defensa del arte y la creatividad por encima de las exigencias abusivas del mercado. Coincidió en la escuela con Philip K. Dick, aunque en ese entonces no llegaron a conocerse. Adelantada a su tiempo y brillante creadora de Ciencia Ficción, fue una de las primeras novelistas que se lanzó a explorar personajes andróginos, de género fluido y a escribir sobre la deconstrucción del género mismo, así como a la hora de integrar diversidad racial en sus historias. Decía: "La mayor parte de los personajes en mis libros de fantasía y ciencia ficción no son blancos. Son mezclas: son un arcoíris. En mi primera novela de Ciencia Ficción, "La mano izquierda de la oscuridad", la única persona de la Tierra es un hombre negro [...]. Mi paleta de colores era consciente y deliberada".

Recriminó a J. K. Rowling que no quisiera reconocer la influencia de "Un mago de Terramar " en la saga de Harry Potter. La idea de una "escuela de magos" no era algo nuevo, como tampoco el que un joven aprendiz de magia acabara herido por su enemigo y que cada vez que éste se acercara al protagonista, la marca resultante de su enfrentamiento (cicatriz) le doliera.

Desde mi sesgada perspetiva como fan de Le Guin, considero que Terramar también fue importante para Patrick Rothfuss, en quien encontramos influencia de Ursula en "El Nombre del Viento".

Aunque obtuvo una maestría en Literatura de la Edad Media y el Renacimiento en la Universidad de Columbia, y consiguió una beca Fullbright para estudiar en París (donde conoció a su marido, Charles Le Guin), tuvo que abandonar sus estudios de posgrado para criar a su familia. No es de extrañar que, en una entrevista, al preguntarle por consejos para jóvenes escritoras, la novelista dejara caer que lo mejor sería que no se convirtieran en madres. Aun así, ella consiguió continuar escribiendo.

Dio clases de francés en algunas universidades de Estados Unidos, tradujo obras del chino y del español al inglés y fue la primera mujer galardonada como "Gran Maestra" por la Asociación de Escritores de Ciencia Ficción y Fantasía de Estados Unidos (2003). Rechazó colaborar en antologías que sólo incluían a escritores masculinos y pidió públicamente disculpas por la poca presencia femenina en la primera historia de Terramar, ya que ella misma consideraba "haber llegado tarde" al feminismo. Un año antes de su muerte, en una entrevista, aseguró:

«El poder del capitalismo parece insoslayable, como antaño el derecho divino de los reyes. Sin embargo, el ser humano puede resistirse al poder, alterarlo. Y la resistencia y el cambio tienen a menudo su inspiración en el arte y, especialmente, en el arte de forjar las palabras».



9- Sylvia Plath (Boston,1932 - 1963).

Compleja, incomprendida y siempre juzgada. A los 8 años ya había escrito un poema de calidad, el cual se publicó en el Boston Herald de 1941. Se cuenta que la frialdad emocional de su madre (también poeta) tras la muerte del padre de Sylvia, marcó el carácter de la joven poeta y le enseñó a contener sus emociones. Años más tarde, se conoció que la relación entre madre, padre e hija fue tormentosa y muy conflictiva, probablemente cargada de maltratos. En la adolescencia, buscó la libertad personal lejos del estrecho prisma de la sociedad machista y una de las características de su trabajo es el tono confesional, donde no tenía reparos en mostrar sus sentimientos y su visión de la sexualidad.

Sentía la condición femenina como una cárcel: "mi gran tragedia es haber nacido mujer", escribió, o también "¿hay algo más aburrido que las aventuras de un chico y una chica?". Parecía debatirse entre la mujer sumisa que la sociedad esperaba que fuera y la radical feminista que se sentía y quería ser.

Era brillante y precoz. La profundidad psicológica de sus escritos quedó plasmada en 1959, después de que naciera su hija Frieda, cuando escribió "La campana de cristal", su única obra en prosa, y también en 1962, con el poemario "El coloso".

De ella se contaba que podía expresarse por momentos con una actualidad apabullante y estar al día con las luchas feministas del momento histórico. A los pocos días, en cambio, parecía simpatizar con el pensamiento masculino de los años 50. Seguramente esta ambivalencia era fruto de sus estrategias para sobrevivir de la mejor manera posible en el contexto en el que le había tocado vivir.

Poco antes de divorciarse de Ted Hugues, Plath se mudó a Londres con sus hijos y alquiló un piso en el mismo lugar en el que había vivido W. B. Yeats. Plath, encantada con la coincidencia, lo consideró un buen presagio cuando comenzaba el proceso de su separación. Durante el invierno siguiente, se suicidó.

Su marido se hizo cargo de la publicación de las obras y de la gestión de los derechos después de su muerte. No sin cierta controversia, pues hizo quemar la parte de las memorias en las que ella hablaba de su relación y matrimonio con Hugues, por lo que se sabe, cargado de maltratos e infidelidades.

Plath fue la primera mujer que ganó un Premio Pulitzer de Poesía a título póstumo, en 1982.



10- Mary Shelley (Londres, 1797 - 1851).

Su nombre de soltera era Mary Wollstonecraft Godwin. Fue hija de William Godwin, filósofo, periodista y activista político, y de Mary Wollstonecraft, pensadora, escritora y feminista, a quien sólo conoció a través de sus obras, ya que murió pocos días después del nacimiento de Mary. Tanto ella como su hermanastra fueron educadas en casa, alentadas a seguir ideas liberales y siempre rodeadas de ilustres pensadores y brillantes personalidades de la época. Ambas recibieron una educación avanzada para unas niñas de su época. Tomaron clases por parte de una institutriz y una tutora, y leían los libros de su padre sobre historia antigua de Grecia y Roma. Cuando la joven tenía 15 años, su padre escribió sobre ella: "es singularmente valiente, un tanto imperiosa y de mente abierta. Sus ansias de conocimiento son enormes y su perseverancia en todo lo que hace es casi invencible". En uno de los viajes a los que su progenitor la envió a Escocia, Mary conoció a su futuro marido, Percy, relación a la que William Godwin se opuso desde el principio. La pareja se fugó a Francia, recorrió toda Europa y, a pesar de tener una situación económica lamentable, su posición mejoró gracias a una herencia de la familia de Percy.

En 1816, Mary, su marido y Claire Clairmont viajaron a Ginebra (Suiza) para pasar el verano con Lord Byron, quien había comenzado una relación con la joven Clairmont. También acudió el médico de Lord Byron, John William Polidori. Durante el verano, se ocuparon en abordar temas de medicina, botánica y algunos experimentos del naturalista Erasmus Darwin, de quien se decía había animado materia muerta. También leían historias de fantasmas. Byron los retó a escribir su propia historia sobrenatural, momento en el que Mary Shelley comenzó a redactar ideas para su obra más famosa: Frankenstein o el moderno Prometeo. La novela finalmente fue publicada cuando la joven contaba con 21 años.

Sus obras están cargadas de temas cotidianos y elementos autobiográficos, como la presencia de la muerte. Estuvo en contra de las ideas y convicciones políticas, morales y sociales de aquel momento. Una muestra de eso es su obra "Caminatas en Alemania e Italia en 1840, 1842 y 1843" (1844), en la que dejó clara su oposición a la monarquía o a la esclavitud, así como a la guerra y a la distinción de clases.

Se rumorea que cuando su marido falleció, en un naufragio en 1822, pidió que antes de ser incinerado se le extrajera el corazón. Las malas lenguas cuentan que Mary lo guardó durante el resto de su vida en uno de los cajones del escritorio en el que trabajaba.

Una de sus frases más conocidas es, sin duda: “No deseo que las mujeres tengan más poder que los hombres, sino que tengan más poder sobre sí mismas”. (Obra de la autora).



11- Mary Wollstonecraft (Londres, 1759 - 1797).

Esta reconocida escritora de novelas, cuentos y ensayos, también fue la madre de Mary Shelley.

En su adolescencia, acostumbraba a mentir para proteger a su madre y con sus hermanas, Everina y Eliza, ejerció un papel igual de influyente. En 1784, convenció a su hermana Eliza para que abandonara a su marido y a su bebé. Wollstonecraft arregló todo para que Eliza pudiera huir, demostrando así su deseo de desafiar las normas sociales.

Su amistad con Jane Arden fue muy significativa. Leían libros juntas y asistían a clases impartidas por el padre de Arden, un científico y filósofo. Wollstonecraft valoraba mucho su amistad y llegó a escribir: "se han formado en mí ciertas nociones románticas de amistad [...]. Soy un poco peculiar en mi entendimiento del amor y la amistad. Tengo que tener el primer puesto o ninguno".

Más adelante, la relación que mantuvo con Fanny Blood, a quien Wollstonecraft otorgó el mérito de haber abierto su mente, fue aún más importante para ella. Las jóvenes hicieron planes para alquilar habitaciones juntas y así apoyarse emocional y económicamente la una a la otra, aunque su sueño se vio frustrado por falta de dinero. Más tarde, Wollstonecraft, sus hermanas y Blood abrieron una escuela en Newington Green y Blood se comprometió con un hombre al poco tiempo. Después de su boda, el marido de Blood se la llevó a Europa con la intención de que su mala salud mejorara y el proyecto de la escuela fracasó. Tras quedar embarazada, la salud de Fanny Blood se deterioró aún más y en 1785, Wollstonecraft se trasladó a Lisboa para cuidar de ella. Blood murió en el parto en noviembre de ese año. La pérdida de Fanny destrozó a Mary y fue parte de la inspiración para su primera novela.

En diciembre de 1792 se mudó a París, siguió escribiendo y conoció a Gilbert Imlay, padre de su primera hija, Fanny, con quien nunca contrajo matrimonio a pesar de que él la inscribiera como su esposa para protegerla tras declararse la guerra. En esa época, Mary ya había escrito una de sus obras más conocidas "Vindicación de los derechos de la mujer" (1792), en la que abogaba por la igual de género y afirmaba que las mujeres no eran inferiores al hombre, sino que parecían serlo por estigma social, dado que no recibían la misma educación.

Después de que su relación con Imlay acabara y harta de las pocas posibilidades laborales que el mundo le ofrecía a las mujeres, volvió a Londres, donde buscó la estabilidad y la independencia dedicándose a la escritura. Fue aceptada en el círculo literario de Londres y consiguió que se le pagara por sus escritos. Entonces conoció a William Godwin, padre de Mary Shelley. Después de la boda, en 1797, con Mary ya embarazada, se trasladaron a dos casas adosadas y se comunicaban por carta.

Wollstonecraft murió a los 38 años, debido a una infección tras el parto de su segunda hija, Mary Shelley, dejando varios manuscritos inacabados.

Tras su muerte, cuentan que su marido quedó destrozado y publicó unas memorias de la vida de su mujer, lo que inadvertidamente destrozó la reputación de la escritora durante más de un siglo, a raíz de su estilo de vida poco convencional. Con el movimiento feminista previo a la llegada del S.XX, la defensa de Wollstonecraft por la igualdad y sus críticas a la feminidad convencional fueron valoradas como merecían. Desde entonces, es considerada una de las figuras fundacionales del feminismo.



12- Virginia Woolf (Londres, 1882 - 1941).

Novelista, ensayista, editora y crítica, Virginia Woolf (de sortera: Adeline Virginia Stephen) fue considerada una de las figuras más destacadas del modernismo anglosajón y formó parte del Círculo de Bloomsbury, un grupo de intelectuales británicos del primer tercio del S. XX. Nunca fue a la escuela; sus padres era los encargados de su educación y antes de que cumpliera 7 años, su madre le había enseñado latín, francés e Historia. Cuentan que durante un verano se obsesionó pensado que los pájaros piaban en griego y que el Rey Eduardo VII maldecía a la familia detrás de un seto.

En 1910, comandada por el poeta Horace de Vere Cole y en compañía de Guy Ridley, el naturalista Anthony Buxton, el pintor Duncan Grant y su hermano Adrian Stephen (todos del Círculo de Bloomsbury), Virginia se pintó la cara de negro junto a los demás y se vistieron con batas de seda, turbantes, joyas y barbas puntiagudas, para hacerse pasar por el príncipe de Etiopía, su séquito y su intérprete. Para avisar de su llegada falsificaron un telegrama anunciando que una delegación de príncipes abisinios iba a visitar el Dreadnought, y que preparasen su recibimiento. El grupo se plantó en la estación londinense de Paddington, donde exigieron un vagón en condiciones para los dirigentes y se fueron a Portland para ver un buque de guerra. Se subieron al acorazado HMS Dreadnought de la Real Armada Británica, en un viaje de 40 minutos. Como desconocían el idioma que se hablaba en Etiopía, aprendieron unas cuantas palabras en suajili, lengua de Kenia y país más o menos cercano a su supuesto lugar de origen. También se inventaron términos que les sonaban a algún idioma africano y replicaban frases hechas en latín y griego. Horace De Vere Cole envió a la prensa una descripción detallada de la hazaña, la cual apareció en los periódicos de toda Gran Bretaña y la Royal Navy se convirtió en el blanco de las burlas de media Europa.

Una de las particularidades de su grupo de amigos era que estaban en contra de la exclusividad sexual. Por ello, durante la década de los años 20, la autora también mantuvo una relación íntima con la escritora Vita Sackville-West, quien a su vez era esposa de Harold Nicolson. Algunos consideran que la obra de Woolf titulada "Orlando" (1928) es la declaración de amor de la escritora a Vita, mujer que muchos biógrafos han considerado el gran amor de Virginia. Otros expertos, por el contrario, creen de "Orlando" que Virginia simplemente jugó con la posibilidad de un/a protagonista trans.

Además de escribir sus propias novelas, Virginia dirigió una editorial junto a su marido, Leonard Woolf, en la que se vieron obligados a rechazar la oportunidad de publicar el Ulises de James Joyce, ya que era imposible imprimir la obra en su imprenta manual. En cambio, pudieron dar a conocer obras de T.S. Elliot, Katherine Mansfield y Sigmund Freud.

Como su marido era judío, la escritora siempre mantuvo una relación muy cercana a esta comunidad y en sus textos introdujo varios personajes judíos. Todo eso la convirtió en objetivo de Hitler durante la II Guerra Mundial. Junto a su marido, fue una de las personalidades británicas que formaron parte de "la lista de la muerte" del dictador.

Antes de su suicidio, no sólo escribió una carta de despedida para su marido, sino también otra para su hermana Vanessa. Se convirtió en un referente del movimiento feminista en los años 70, gracias al magnífico discurso "Una habitación propia". (Obra de la autora).



13- Simone de Beauvoir (París, 1908 - 1986).

Simone Ernestine Lucie Marie Bertrand de Beauvoir nació en una familia burguesa que daba prioridad a tener una sólida educación y moral cristianas. Su madre era una mujer muy religiosa y dedicada al hogar. Su padre, con quien tuvo una relación estrecha y de quien se dice que aprendió el amor por los libros, era abogado y soñaba con ser actor. Después de la Primera Guerra Mundial, su abuelo materno, presidente del Banco de la Meuse, presentó la quiebra, lo que precipitó a toda la familia a la ruina. Los padres de Simone se vieron obligados a abandonar la residencia señorial del bulevar Raspail y a trasladarse a un apartamento oscuro en la calle de Rennes con sus dos hijas. Simone sufrió la situación y vio cómo la relación entre sus padres se deterioraba, lo que influyó en el nacimiento de sus ideas políticas y feministas. A pesar de acudir a escuelas católicas, en su adolescencia, Simone concluyó que la religión era una manera de subyugar al ser humano y decidió declararse atea. Se fue a vivir con su abuela y estudió Filosofía en La Sorbona, donde conoció al escritor Jean Paul Sartre, convirtiéndose en una las parejas más polémicas de su tiempo, ya que practicaron la poligamia y permanecieron juntos toda la vida. Su relación se mitificó como paradigma de libertad y modelo de ruptura con las formas de vida burguesas tradicionales. Se trataron de usted durante más de 50 años, no vivieron juntos, se negaron a contraer matrimonio y tener hijos, y ambos aceptaban que el otro mantuviera relaciones con terceras personas.

Se ganó la vida como profesora y, en 1943, tuvo que abandonar el centro en el que impartía clases por la denuncia de una madre que se quejó de las ideas que le había transmitido a su hija.

Su trabajo "El Segundo Sexo" (1949), del que se vendieron más de veintidós mil ejemplares en la primera semana, ha sido reconocido como el punto de partida teórico del feminismo, convirtiéndose en una obra clásica del pensamiento contemporáneo, con una teoría sobre la condición social de la mujer y la opresión masculina ejercida hacia ella en distintas maneras y niveles, haciendo hincapié en su posición en el hogar, lo que la hacía perder actividad para estrechar vínculos sociales y, con esto, su libertad. Tras la publicación, la filósofa recibió toneladas de insultos: insatisfecha, frígida, priápica, ninfómana, lesbiana, cien veces abortada, madre clandestina. Incluso, el escritor Charles Mauriac llegó a mandar una carta a la redacción de Les Temps Modernes, en la que le decía a Sartre: "he aprendido todo sobre la vagina de tu patrona".

A partir de 1958, emprendió la escritura de su autobiografía, en la que describe el mundo burgués en el que creció, sus prejuicios, sus tradiciones degradantes y los esfuerzos que llevó a cabo para deshacerse de ellos pese a su condición de mujer. Describía el matrimonio como una institución burguesa repugnante, similar a la prostitución, en la que la mujer depende económicamente de su marido y no tiene posibilidad de independizarse. Aun calificando la maternidad como una manera de frenar la libertad de las mujeres, Simone llegó a adoptar a una niña, Sylvie Le Bon de Beauvoir. También fundó la Liga de los Derechos Humanos con la ayuda de otras feministas, que tenían como principal intención reaccionar ante cualquier tipo de discriminación sexista. (Obra de la autora).



14- Rosalía de Castro (Santiago de Compostela, 1837 - 1885).

Fue inscrita en el registro como hija de padres desconocidos, aunque se sabía que eran una hidalga llamada María Teresa de la Cruz y un sacerdote, José Martínez Viojo. Se tomó esa decisión pues estos no querían que se conociese la condición eclesiástica de su padre.

Compuso sus primeros versos con sólo 12 años de edad y está considerada como una de las más grandes figuras del Rexurdimento gallego, además de ser precursora de la poesía española moderna. Rosalía devolvió al gallego su carácter de lengua culta y luchó a través de su pluma para que las mujeres pudieran tener libertad e igualdad. Ejemplo de ello son obras como "La hija del mar" (1859) o "El caballero de las botas azules" (1867).

Denunció la pobreza del campesinado gallego y, junto a otros literatos, como Gustavo Adolfo Bécquer, fue representante del Romanticismo tardío, inspirando a poetas de la trascendencia de Machado o Juan Ramón Jiménez.

Se dice que poco antes de morir, pidió a sus hijos que quemaran todos los trabajos que había dejado sin publicar. Como anécdota, cabe señalar que el último billete de 500 pesetas, emitido en 1979, presentaba en el anverso el retrato de Rosalía de Castro, quien se convertiría, junto con Isabel la Católica, en el único personaje no alegórico retratado en el anverso de un billete propiamente español.

A pesar de su brillantez, la valoración de su obra se produjo tras su fallecimiento. A lo largo de su vida, la poeta fue menospreciada y marginada. Los modernistas y la generación del 98 se encargaron de reconocerla como la brillante escritora, pensadora y creadora que era.

En la actualidad, tanto una aeronave de Salvamento Marítimo, como un avión de la compañía Iberia y otro de la aerolínea Norwegian, llevan el nombre de Rosalía de Castro. (Obra de la autora).



15- Charlotte Brontë (Yorkshire, 1816 - 1855).

La mayor de las conocidas hermanas Brontë, era la tercera hija de Patrick Brontë, un clérigo irlandés, también escritor, inteligente, austero, maniático, de fuerte carácter y conservador. Cuando la madre de los seis hermanos falleció, las cinco niñas acabaron en el colegio de Clergy Daughters, en Cowan Bridge (Lancashire), donde todas ellas cayeron enfermas de tuberculosis. María y Elizabeth, las mayores, murieron a causa de esa enfermedad, y la familia sacó a Charlotte y a Emily del internado. Desde entonces, su tía se encargó de cuidarlas. Charlotte Brönte se inspiró en su experiencia en aquel colegio para describir la siniestra Lowood, escuela que aparece en "Jane Eyre".

Estimulados por la lectura del Blackwood's Magazine, publicación que recibía su padre, los cuatro hermanos empezaron a imaginar la fantástica confederación de Glass Town, un mundo inventado para el que crearon historias en los reinos fantásticos de "Angria" (de Charlotte y Branwell) y "Gondal" (imaginado por Emily y Anne). De las crónicas del reino de "Angria" aún se conservan unos cuantos cuadernos escritos a mano, aunque no ocurre lo mismo con "Gondal".

Aunque Charlotte y su hermana Anne ya habían publicado algún artículo en la prensa, un año antes de que se publicara "Jane Eyre", "Cumbres borrascosas" y "Agnes Grey", en 1846, las hermanas Brontë publicaron un libro de poemas con su propio dinero, titulado "Poems", con los pseudónimos Currer Bell, Ellis Bell y Acton Bell. Sacaron a la venta una tirada de 1000 ejemplares y les costó 37 libras. No tuvo mucho impacto, sólo vendió dos ejemplares ese año (39 en total), aunque aparecieron algunas críticas en el Athenaeum y The Critic. Se rumorea que el poco éxito de la obra fue lo que hizo que las hermanas cambiaran de registro y escribieran novelas, aunque siempre usando pseudónimos, pues no era bien visto en su época que una mujer se dedicara a escribir libros.

Charlotte apostó con sus hermanas que podía crear una novela interesante con unos protagonistas que no fueran agraciados (específicamente, la apuesta se refería a la creación de una protagonista "fea"). De este reto nació Jane Eyre. Aunque Charlotte ya había enviado otras obras a distintas editoriales con anterioridad, el editor de Smith Elde, George Smith, apenas tardó unos días en leer "Jane Eyre" y en ofrecerle 100 libras a Currer Bell por los derechos de autor. Seis semanas después, en 1847, se publicó bajo el pseudónimo de Currer Bell, teniendo un éxito inmediato y siendo la primera novela que narraba el desarrollo de un personaje femenino desde su niñez hasta la vida adulta.

Charlotte también se inspiró en su propia vida a la hora de construir una protagonista que anhelaba la independencia económica y que trabaja como institutriz. Se atrevió a mostrar la hipocresía de la Iglesia, a cuestionar la sociedad de clases y a describir a una mujer inteligente, independiente y fuerte. Los críticos de la época consideraron que "Jane Eyre" era un buen trabajo si había sido escrito por un hombre, pero abominable si la autora era una mujer.

Después de su muerte, su esposo mandó destruir el medio millar de cartas que Charlotte había enviado desde su infancia a su amiga Ellen Nussey, pero esta mintió, las guardó y las publicó cuando este falleció. Algunos autores especulan que ambas mujeres llegaron a tener una relación sentimental.



16- Emily Brontë (Yorkshire, 1818 - 1848).

Desde niña, Emily odiaba salir de casa y se decía que tenía dificultades para entablar relaciones sociales. Cuentan que era una persona severa, de temperamento intransigente y poco efusiva. Siendo la quinta de los seis hermanos, después de trabajar como institutriz, fue la administradora del hogar familiar y tuvo que encargarse del cuidado de su hermano Branwell, un hombre fracasado en la pintura que se excedió con el alcohol y el opio. Emily debía esperarle despierta cada noche. Branwell regresaba con frecuencia a casa a altas horas de la madrugada, borracho y desvariando. Emily se encargaba de ayudarle a acostarse y se dice que muchas páginas de "Cumbres Borrascosas" y algunos de sus poemas fueron escritos durante estas vigilias. Incluso mientras trabajaba en la casa, la mente de Emily estaba centrada en su escritura. “Lo que sea que estuviera haciendo”, escribió una sirvienta del hogar de la familia, “planchando u horneando, tenía un lápiz consigo”.

"Cumbres Borrascosas" (1847), novela que publicó bajo el pseudónimo Ellis Bell, salió a la luz gracias a la autopublicación. Apareció en un volumen junto a "Agnes Gray", de Anne Brontë. Las dos hermanas pagaron 50 libras para financiar los gastos. La novela es hoy un clásico de la literatura inglesa. En su época, sin embargo, la crítica despreció el libro, tachándolo de burdo y salvaje. Casi todo el mundo lo considera una historia romántica, cuando está más próximo al género gótico, por el mundo oscuro que describe. Buen ejemplo de ello es su final.

Del tomo "Poems" que las tres hermanas autopublicaron juntas, destacan especialmente las poesías de Emily, a quien la crítica literaria consideró como una de las mejores poetas de Inglaterra.

Emily estaba escribiendo una continuación de "Cumbres Borrascosas" antes de morir, pero el manuscrito fue destruido por razones desconocidas. Algunos sospechan que su hermana Charlotte pudo destruirlo, ya que estaba preocupada por el daño reputacional que "Cumbres Borrascosas" podía causarle a la emergente "marca Brontë", a raíz de las malas críticas.

Entre otras curiosidades relacionadas está el que, en 1961, Sylvia Plath publicó un poema con el mismo título de la novela de Emily y no podemos olvidar que los Monty Python le dedicaron una parodia a la novela en el episodio “Spanish Inquisition” (1970), de la serie Monty Python’s Flying Circus (BBC). (Obra de la autora).



17- Selma Lagerlöf (Suecia, 1858 - 1940).

Ella es la primera mujer galardonada con un premio Nobel de Literatura. Cinco años más tarde, pasó a integrar la Academia Sueca, donde muchos de sus compañeros varones intentaron ponérselo muy difícil. Lagerlöf también fue la primera Doctora sueca Honoris Causa de Filosofía y en su obra se destacan los libros "La leyenda de Gösta Berling" (1891) y "Lazos invisibles" (1894). Nació en una familia llena de sacerdotes y militares, además de con una lesión de cadera que le impidió disfrutar de una niñez saltando y jugando con los demás. Su abuela paterna, dicen, es quien le inculcó el amor por los cuentos. Años más tarde, describió su juventud: «anhelé escribir grandes dramas, en vez de perder mí tiempo sentada en un pupitre, estudiando composición y aritmética. A los quince años había leído todos los poemas que había encontrado en nuestra biblioteca y había escrito mis primeros versos».

Se la recuerda como una mujer introvertida, pero afable. Trabajó como docente y fue muy popular entre sus alumnas, gracias a sus clases amenas y cautivadoras. Ya en ese tiempo, sus sonetos recibían críticas muy positivas y ganó varios premios por sus relatos y novelas. Viajó por toda Europa y Egipto, la calidad de su obra es magnífica y su publicación más popular en Suecia es "El maravilloso viaje de Nils Holgersson" (1906). En 1884 conoció a Sophie Elkan y entre ellas surgió un amor que duraría hasta la muerte de Selma. Se conserva una intensa correspondencia mantenida entre ambas, que en 1992 fue publicada bajo el título “Tú me enseñas a ser libre”. Selma y Sophie pudieron vivir su amor sin la obligación de ocultarse.

En 1886, Sophie Adlersparre, la principal figura del movimiento feminista sueco, la invitó a Estocolmo para conocerla. Selma se definió como mujer independiente, feminista y luchadora. Después del estallido de la I Guerra Mundial, criticó al Imperio Nazi y donó el dinero de su premio Nobel a los fondos de la Resistencia finesa. Además, se las apañó para conseguir un visado oficial sueco para la poeta judía Nelly Sachs, salvándola de terminar en un campo de exterminio alemán. (Obra de la autora).



18- Doris Lessing (Persia, 1919 - 2013).

Fue ganadora del Nobel de Literatura en 2007 y su obra tiene mucho de autobiográfica. Desde los 6 hasta los 30 años vivió con su familia en Zimbabue, lo que influyó en su pasión por la naturaleza y en su concienciación sobre la discriminación racial. Aunque nunca quiso dar un mensaje político en sus obras, sus novelas se centran en los conflictos culturales y las injusticias de la desigualdad racial.

Debido a los enfrentamientos que tenía con su madre, a quien describía como estricta y muy autoritaria, a los 14 años dejó sus estudios en la escuela de monjas católicas a la que iba. A los 15 años se marchó de casa para trabajar como niñera. Era aburrido, contaba, así que empezó a escribir una novela. Se formó de forma autodidacta y profundizó en su pasión por la literatura. Poco tiempo después se casó, tuvo dos hijos, se dirvorció y volvió a casarse. Agobiada por sus inquietudes personales e intelectuales, se divorció otra vez. En 1949, con treinta y seis años, se trasladó a Reino Unido con su tercer hijo, dejando en Sudáfrica con su padre a los mayores pues, como indicó años después, no quería invertir su vida en ser solamente una madre. Participó en campañas contra las armas nucleares, criticó el régimen del apartheid sudafricano y fue espiada por el MI5 del Servicio de Inteligencia de Reino Unido. Antes de dedicarse por entero a la Literatura, trabajó como auxiliar de clínica, militó en el partido Comunista hasta desencantarse de los ideales políticos por los crímenes estalinistas y se le prohibió la entrada a África del Sur, por sus críticas realizadas a la situación reinante allí. No obstante, con 76 años de edad pudo volver para ver a su hija y a sus nietos.

Es considerada una escritora comprometida e icono de causas anticolonialistas, antisegregacionistas y feministas. Una de sus citas más famosas es: «piensa erróneamente si así lo deseas pero, en todo caso, piensa por ti mismo». También publicó bajo el pseudónimo Jane Somers. (Obra de la autora).



19- Toni Morrison (Ohio, 1931 - 2019).

«Morimos. Quizá ese sea el significado de la vida.

Pero construimos el lenguaje. Quizá esa sea la medida de nuestras vidas».

Nacida como Chloe Ardelia Wofford y de orígenes humildes (madre ama de casa y padre obrero del acero), fue ganadora del Pulitzer en 1988 y la primera mujer afroamericana que obtuvo el Nobel de Literatura (1993), además de ser una activista contra el racismo y la opresión de la mujer. Aun habiendo nacido en uno de los peores momentos del S.XX, se graduó como filóloga inglesa, fue profesora en universidades de prestigio y trabajó en editorales, llegando a convertirse en una de las escritoras más reconocidas de nuestro tiempo.

En 1964, tras separarse de su marido, se mudó a Nueva York, donde trabajó primero como editora en Random House, mientras criaba a sus dos hijos sola, convirtiéndose en la primera mujer afroamericana que ocupaba un puesto importante en el departamento de ficción. Adoptó el pseudónimo de Toni Morrison, recuperando el apellido de su exmarido, para firmar su primera novela, "Ojos Azules" (1970), evitando así que en la editorial en la que trabajaba se enteraran de que publicaba en otra. Tenía casi 40 años. Harta de leer a hombres blancos, decidió dar voz a escritores nigerianos y jóvenes creadores afroamericanos.

Siempre se levantaba temprano, empezaba a escribir antes del amanecer y a mano. En un principio, lo hacía así, decía, para cuidar de sus hijos, pero más adelante siguió manteniendo la costumbre.

Sus obras exploran la identidad afroamericana, sobre todo la de las mujeres. Narran toda la crueldad y dureza de un sistema económico y social basado en la guerra, la violencia y la esclavitud como medio de vida, donde las personas dejan de ser personas para convertirse en objetos que pertenecen a otros y con los que se puede hacer lo que se quiera. Ella misma, hablando de sus novelas, decía: «lo que hago es quitar las tiritas para que se vea la cicatriz, la realidad. No hay que tener miedo de mirar al pasado porque sólo así se sabe quiénes somos». Instaba a sus alumnos a "salir de la caja", "salir ahí fuera", escribir sobre personajes que no fueran ellos mismos, a crear realmente algo. Hacía que alumnos de distintos departamentos de arte en la universidad colaboraran juntos, creaba exhibiciones con los proyectos y hasta propuso que, en sus cursos, sus alumnos pudieran trabajar de la mano con profesionales. Entre los muchos cursos que impartió, uno fue junto a Gabriel García Márquez, de narrativa, en el que, contaba en entrevistas, los únicos que hablaban con fluidez inglés y español eran los alumnos. Rompió la ‘torre de marfil’ del mundo editorial y fue co-presidenta de la Comisión Schomburg para la Conservación de la Cultura Negra. Después de ganar el Nobel y con seis novelas a sus espaldas, no se detuvo; escribió otras cinco novelas, publicó un ensayo, desarrolló un libreto de ópera y continuó dando clase hasta los 75 años. En el documental Toni Morrison: The Pieces I Am (2019) podemos descubrir más de su vida. Su voz, por cierto, era maravillosa.



20- Emily Dickinson (Massachusetts, 1830 – 1886).

Amaba la naturaleza y la Astronomía. Su salud era delicada y por ello dejó los estudios de Botánica, pero plantó cientos de árboles en el jardín de la casa familiar (en Amherst) y su pasión por las plantas quedó inmortalizada en el herbario con 424 especies que elaboró entre 1836 y 1849, ahora expuesto en la biblioteca Houghton de la Universidad de Harvard. Dicen que "Jane Eyre", de Charlotte Brontë, era su novela favorita. Pasó gran parte de su vida en su habitación y, antes de morir, pidió a su hermana pequeña, Lavinia, que quemase todos sus papeles. Lavinia se deshizo de parte de su correspondencia, pero se negó a destruir los cuadernos con sus poemas. Fue así como se descubrió toda su obra. Su hermana halló en su cuarto los cuadernos de poemas que la escritora había redactado a lo largo de su vida. Se le atribuyen casi 1.800 poemas, la mayoría cortos y sin título, pero sólo siete se publicaron cuando estaba viva, anónimamente y sin su consentimiento. Apenas viajaba, nunca se casó, no tuvo hijos, huía de los acontecimientos sociales y no le gustaba ver a sus amigos en persona; prefería comunicarse con ellos y también con su familia a través de cartas.

Iba a la iglesia, sí, pero se consideraba pagana y pensaba que la ciencia estaba por encima de la religión. El rumor de que sólo vestía de blanco es un mito, aunque pidió a su familia que fuera enterrada en un ataúd de ese color. Inicialmente, su lápida sólo fue grabada con sus iniciales E. E. D. (Emily Elizabeth Dickinson), pero luego su sobrina, Martha Dickinson Bianchi, mandó a hacer otra con su nombre completo, su fecha de nacimiento y muerte, junto a la frase “Called Back”, que hacía referencia a la novela del mismo nombre del escritor Hugh Conway, uno de los favoritos de Dickinson y cuya frase fue lo último que escribió en una carta. (Obra de la autora).

21- Chimamanda Ngozi Adichie (Nigeria, 1977).

Chimamanda ha sido traducida a 30 idiomas diferentes, se la conoce por hablar de raza y feminismo, y su TED TALK de 2012 (‘We should all be feminists’) dio la vuelta al mundo, consolidándola como una promesa del activismo y la literatura a nivel internacional. Incluso Beyoncé ha incorporado parte de ese discurso en una de sus canciones.

Para La Flor Púrpura (2003), novela que escribió mientras estudiaba en Connecticut, se inspiró en historias cercanas, como un padre que, asegura, “no es el mío, pero sí el de una amiga que me decía que su padre la pegaba y lo encontraba normal. Eran católicos, religión con la me crie yo también, y ese libro remite a lo peor del colonialismo y la religión que vino con él”. Para su segunda novela, Medio Sol Amarillo (2006), quiso retratar la guerra de Biafra: “Mis abuelos murieron en los campos de refugiados que generó el conflicto; en el colegio nunca se mencionaba y yo tenía muchas preguntas. Fue difícil de escribir. Me paraba y lloraba. Era consciente de que tenía que explicarlo con precisión, pues era un libro que hablaba de Historia, no sólo una novela”.

Como curiosidad, de niña vivía con su familia en la casa que anteriormente había pertenecido al escritor nigeriano Chinua Achebe. Antes de estudiar Comunicación, cursó la carrera de medicina durante año y medio, pero no estaba contenta con ello y decidió dejarla. Además de cuentos y novelas, ha escrito un libro de poemas y una obra de teatro.

Dice que fue a los 19 años cuando descubrió que era negra, al llegar a EEUU, becada para estudiar en la universidad. Entre otras anécdotas relacionadas, su profesora de Literatura puso cara de sorpresa cuando preguntó quién había escrito el que consideraba el mejor texto de clase y ella levantó la mano.

Ha señalado que al hablar con familiares acerca de machismo o desigualdades, suelen decirle ‘estás exagerando’, ‘no es tan malo’ o ‘¿por qué no hablamos de por qué las mujeres cuando están en una cita no pagan la cena?’. «La hostilidad del sexismo hace que me sienta sola», confiesa la escritora.



22- Anna Starobinets (Moscú, 1978).

Apodada como "La reina del Terror" por parte de la prensa especializada, en 2018 fue galardonada como la mejor escritora de Ciencia Ficción en Europa y algunas de sus novelas han sido adaptadas al cine. Cuando reflexiona sobre el miedo, lo encuentra en las cosas cotidianas. El miedo más humano no está en los monstruos, dice, puede estar en una bolsa de basura o en la manera en que te mira un amigo que ha cambiado de la noche a la mañana, que ya no confía en ti. «La frontera entre la realidad y la locura, o entre la realidad y los sueños, suele ser muy delgada».

También escribe realismo mágico, cargado de mitos y cuentos de hadas, para un público juvenil, y dice que jamás dejará que su hija lea sus libros para adultos hasta que tenga, por lo menos, 21 años.

Si se le pregunta sobre el por qué de que casi toda su obra genere miedo o acabe mal, hace referencia al popular chiste ruso del matrimonio que escribe una carta de queja a una fábrica de productos para niños: “¡Respetados administradores de la fábrica! Hemos comprado un juego de piezas para montar un cochecito de bebé de la marca ‘Kiddy’. Desafortunadamente, no importa cómo las encajemos, siempre nos acaba saliendo un Kalashnikov”. «Yo soy como esa pareja», reflexiona, «escriba lo que escriba, siempre acabo con el Kalashnikov, con la historia de final pesimista. Pero es la lógica en el desarrollo de la historia lo que me conduce cada vez a una conclusión de ese tipo. Las piezas que empleo en mis relatos requieren finales oscuros, tristes, carentes de esperanza. Soy una persona positiva. De hecho, soy el tipo de gente que quiere montar el cochecito. Quiero decir, mis intenciones son siempre positivas. No es que busque asustar al lector, eso es más bien un efecto colateral».

Además de escritora, editora y guionista, es periodista y considera que su padre (científico) influyó mucho en ella, pues le interesa la ingeniería genética y el transhumanismo; como muestra, tenemos sus relatos en "La glándula Ícaro". Opina que la iglesia ortodoxa moderna rusa está basada en la hipocresía y conectada con el aparato de gobierno, llena de prejuicios anclados en la Edad Media. Y, después de verla en persona en el Celsius 232 de 2019, sé que es tan amable como inteligente.



23- Murasaki Shikibu ( Japón, entre 973 y 978 - entre 1014 y 1031).

Es la autora de la primera novela japonesa, titulada Genji Monogatari ("La historia de Genji"), obra que también se ha considerado la primera novela moderna del mundo.

Se trata de una escritora de vida algo incierta. No se conoce su nombre real con exactitud. «Shikibu» es un pseudónimo que significa «gabinete ceremonial» y hace referencia al trabajo de su padre, mientras que «Musaraki» es una palabra que deriva del color violeta de la planta de la glicina, y también el nombre de la mujer que protagoniza La historia de Genji. La escritora nació en la familia Fujiwara, fue hija de aristócratas de nivel medio y nieta del poeta Fujiwara no Kanesuke, autor de poesías waka. Se cree que su madre murió en el parto y su padre le permitió presenciar las lecciones que le impartían a su hermano, pudiendo conocer a los clásicos chinos, un tipo de educación que en la época se consideraba impropio para las mujeres. Cuentan que se casó con un pariente lejano, tuvo una hija (quizá dos) y quedó viuda hacia 1001. Cuando esto sucedió, se retiró al monasterio de Ishiyama-dera, en el lago Biwa, a escribir. A medida que escribía hacía llegar a sus conocidos los capítulos de su novela y, para cuando la terminó, ya era una escritora popular entre la aristocracia. Por ello fue llamada a la corte de Kioto por el político Michinaga, regente del imperio, como dama de compañía, para educar junto a otras escritoras de la época, a su hija Shōshi, quien más adelante sería su rival y también la emperatriz. Sus relaciones y la vida en la corte, donde no era muy feliz, están plasmadas en su diario: "Murasaki Shikibu Nikki" ("El diario de la dama Murasaki"/versión en inglés). También escribió una colección de poemas. En la prefectura de Kioto se conserva su tumba y una escultura en su honor.



24- Anne Robillard (Canadá, 1955).

Apenas hay libros ni información traducida al español sobre la escritora, sin embargo, esta divertida periodista es un fenómeno en Canadá y Francia, sobre todo para fans de la fantasía. Aunque empezó a publicar tiempo después de haber cumplido los 50 años, Anne ha escrito más de 60 novelas, media docena de cómics y trabaja en la adaptación al mundo de las series de una de sus sagas de fantasía. También ha escrito guiones para películas y otras series de televisión.

Es hija de una profesora de ballet y un famoso actor, lo que hizo que se decantara por trabajar como secretaria judicial para continuar sus estudios de Traducción y Lenguas Extranjeras en Montreal, pues económicamente sus padres no podían ofrecerle apoyo. Más adelante, empezó a trabajar como periodista de forma independiente y a centrarse en sus obras de ficción, siendo la serie "Knights of Emerald" su saga más famosa, cuyo primer libro fue escrito en 2002 y contando en la actualidad con 12 tomos. Siempre ha considerado a Tolkien como su mentor y la reencarnación, los seres invisibles, la magia, las hadas y los caballeros son sus temas favoritos a la hora de escribir. En sus novelas abundan los personajes femeninos como protagonistas, caracterizándose por ser guerreras y poderosas, y acude a muchas firmas de sus libros vestida con trajes medievales.



25- Sherrilyn Kenyon (Georgia, 1965).

La reina de la fantasía urbana es ambidiestra, toca varios instrumentos y su escritor favorito es Isaac Asimov. De orígenes humildes, se caracteriza por ser extravagante y carismática como ninguna. Cuenta que lleva escribiendo desde antes de aprender las letras, cuando ya dibujaba personajes e historias, quizá empujada por la necesidad de distraerse en una casa en la que sus 8 hermanos varones corrían por todas partes. De niña, entretenía a sus compañeros de clase con sus cuentos, publicó en las revistas de su instituto y, poco después, en revistas especializadas.

Intentó estudiar en la universidad para poder trabajar en la industria del cómic, pero su precaria situación económica le impidió pagar la matrícula. Al final estudió Filología inglesa. Quiso entrar en un curso de escritura creativa, pero debido a su dislexia no pudo superar las pruebas. Lo intentó varias veces más y nunca fue admitida, incluso un profesor le dijo que dejara de intentarlo porque carecía del talento necesario para ser publicada por una editorial. Intentó especializarse en periodismo, pero no pudo pasar la prueba de mecanografía, así que finalmente estudió Historia Medieval.

Aunque lleva 20 años publicando, cuando empezó a enviar manuscritos a editoriales siempre se encontraba con respuestas de rechazo. Incluso llegó a recibir más de una carta de algunas editoriales diciéndole “no nos envíe más manuscritos, no nos interesa, no vamos a publicar ningún libro suyo”. Por ello, entró en el mercado literario con el pseudónimo Kinley MacGregor.

Es una de las escritoras más prolíficas del género paranormal a nivel internacional, aunque también ha escrito novelas de caballería, terror, erótica y fantasía histórica. Ayudó a promover y a definir la tendencia de la corriente paranormal romántica y a romper muchos prejuicios respecto a esa temática. Crea protagonistas femeninas muy poderosas, cargadas de diversidad y empoderadas de su sexualidad. No hay semana donde no esté en los rankings de superventas estadounidenses y su saga más conocida es "Dark-Hunters". Actualmente, después de su polémico divorcio, demandando a su marido por el supuesto intento de envenenarla durante años, ha recuperado su apellido de soltera y prefiere que la reconozcan por Sherrilyn McQueen.

Marvel Comics ha publicado los cómics basados en su serie "Señores de Avalon" (“Lords of Avalon”) la cual guioniza ella misma y su serie "Las Crónicas de Nick" ("Chronicles of Nick") se ha convertido en un aclamado manga. (Obra de la autora).



26- Kameron Hurley (Washington, 1980).

«Cuantos más futuros distintos enseñemos, más se luchará para hacerlos realidad».

Kameron Hurley, ganadora de dos premios Hugo en 2014, se graduó en Historia y obtuvo un Máster en Historia de la resistencia contra el Apartheid en una universidad de Sudáfrica, investigando en especial el papel de las mujeres en ese movimiento. De niña empezó a interesarse por las distopías y la ficción histórica, viendo películas junto a su padre. Quería protagonizar esas historias, dice, pero como las mujeres no participaban en la trama más que para ser las “novias de” o el contrapunto cómico, ella sólo podía identificarse con los hombres. Por eso en sus relatos desarrolla personajes femeninos poderosos y también desagradables, algo que escasea en la Literatura. Cuando publicó Las estrellas son legión, su space opera en un universo en el que sólo existen mujeres, un hombre lo apodó negativamente en su reseña como "lesbianas en el espacio". La autora se apropió de ello y la edición española de la colección Runas (Alianza Editorial) empezó a venderse con una sobrecubierta con ese título. No esconde lo mucho que le gustaría que en E.E.U.U. se hiciera lo mismo, pues sus fans lo piden. Hasta que sus editores se decidan, ella encarga chapas y pósters con el sobrenombre, para repartir en sus firmas de libros.

La escritora se define como defensora del feminismo y la lucha de las minorías raciales y sexuales. La clave de su trabajo es ampliar los límites de lo posible. Hurley se plantea por qué siempre imaginamos lo mismo: espacios de poder masculino, heterosexualidad obligatoria y violencia contra las mujeres. «Cuando tenía 20 años empecé a viajar, a ver mundo, y me di cuenta de que no era como la ficción y como los medios te lo enseñan: todo blanco y lleno de hombres heterosexuales. Por eso yo quise romper con esa idea».

A la hora de crear hace mucha investigación preliminar, tanto en bibliotecas como colaborando con profesionales de la ciencia. Se considera una historiadora de corazón, confiesa, así que está acostumbrada a trabajar entre archivos. Es muy activa en Twitter y mantiene una opinión crítica respecto a todas las redes sociales, donde el acoso, dice, está a la orden del día y debería frenarse. Para conocerla mejor, recomiendo leer cualquier entrevista o ver la retransmitida por el Espacio Telefónica en el Celsius 232 de 2018: Género en el género, #EspacioHurley. (Obra de la autora).



27- N. K. Jemisin (Iowa, 1972).

Nora K. Jemisin ha sido la primera mujer afroamericana ganadora del premio Hugo y la primera persona en ganar consecutivamente ese premio a la mejor novela en tres ocasiones (2016, 2017 y 2018), con novelas pertenecientes a su «Trilogía de la Tierra Fragmentada».

Se conoce poca información de ella al margen de sus novelas, pero sí sabemos que es aficionada al ciclismo, a los videojuegos y los comics. Cuando era joven, organizó una convención de anime llamada Shoujocon. Estudió psicología, hizo numerosos cursos de escritura y trabajó muchos años como orientadora laboral, hasta que en 2016, gracias a los mecenas de su perfil de Patreon, consiguió los ingresos suficientes como para dedicarse a la literatura.

Es especialista en la creación de mundos y le interesa la ficción especulativa. Sus trabajos se pueden encuadrar tanto en la Fantasía como en la Ciencia Ficción, aunque escapan a la clasificación de género. Es activista, feminista y bloguera anti-racista. En su obra introduce temas relacionados con la etnia y la justicia social, y sus protagonistas principales son mujeres. Denuncia la opresión y el totalitarismo. (Obra de la autora).

Artículo escrito por Sara Bernardo.

  • Foto del escritorSara & Gabriel

¡Volvemos a estar de enhorabuena!

El libro «Trÿa, la leyenda del dios Zanaán» no sólo puede adquirirse a través de Amazon. Si rondas por Asturias, hay varias librerías que han querido colaborar con nosotros.



Actualmente, estamos entre las estanterías y los escaparates de:




Librería El bosque de la Maga Colibrí. Av/ Rufo García Rendueles, nº 9 (Gijón).

Librería La Buena Letra. C/Casimiro Velasco, nº 12 (Gijón).

Librería 4 Letras.

C/Asturias, nº 9 (Gijón).


Librería La Palma.

C/Ramón y Cajal, nº 2 (Oviedo).


Librería El Búho Lector.

C/Nueve de Mayo, nº 14 (Oviedo)





En la Tienda de esta web encontrarás enlaces a las redes sociales de estas librerías.






Seamos sinceros: no se nos da nada bien hacer eslóganes de venta, hablar de nuestro trabajo ni vender nuestros proyectos. Ante esa verdad ineludible, creemos que lo mejor para describir nuestras historias es valernos de las palabras de quienes nos leen. Es decir, dejarnos retratar por la opinión de quienes de verdad importan.


Queremos utilizar esta entrada para recopilar nuestras reseñas favoritas de "Trÿa, la leyenda del dios Zanaán", pescadas de distintas plataformas. Pinchando sobre las imágenes, pueden leerse en sus páginas web de origen.


Las elegidas son especiales para nosotros porque, de una manera u otra, dan en el clavo con aquello que nos palpita; eso que queríamos resaltar y transmitir al escribir este libro.



Os agradecemos el cariño y la generosidad.

Y, cómo no, os abrazamos. Vuestras palabras son un regalo.

bottom of page